Ay paio con el Papa!

La noticia con la que ayer nos fuimos a dormir y con la que nos hemos levantado (y supongo que tendremos para rato) es la de la muerte del pontífice Juan Pablo II.
Y todos os preguntaréis, ¿Quién coño es ese? ¿Al que le llaman Papa? Pues mi padre no es.

El Papa era ese personajillo mundialmente conocido por pasearse con el aparatito con ruedas, el Papamóvil. Juan Pablo tiene un pequeño defecto, es el representante de los católicos. Lejos de toda la mierda que se mueve alrededor del cristianismo el Papa también era “persona”. Una persona que aparentemente parecía que viajara con su característico Papamóvil por el mundo, que nos soltara las charlas ya casi sin voz (últimamente) y que aparentaba tan solo dignarse a estar sentado en una silla soltando el sermón.
Yo, como no entiendo de todo esto de Papas, papamóviles etc.. le pregunté a mi madre.

- A ver pero si el Papa no hacía “nada” (como dice mucha gente) ¿por qué hay tantas personas pasando frío día y noche tan solo para saber el estado del Papa? ¿por qué sale en todas las cadenas?
Mi madre, una vez más, no se si porque no me sabía contestar o que se me fue por los cerros de Úbeda - Bueno hija pues si hay tanta gente ahí no estará todo el mundo equivocado, no?
Con esa respuesta me dejó, frente a la tele, donde se mostraba una imagen de miles de personas esperando en la plaza San Pedro.
Hoy, leyendo el periódico (Papa en portada como no) , leía la opinión de una mujer de Hospitalet, decía que, sobretodo por internet, se había perdido el respeto a un Papa ya fallecido. El Papa, lejos de ser el representante de los católicos era persona, y un ser admirable, que como persona cometería errores, pero que durante toda su trayectoria desempeñó un papel importante en la etapa da la historia. Fue un luchador incansable por la PAZ (aquel gran desconocido) y visitó cada rincón de la Tierra para estar cerca de todos (muchos le admiraban). El Papa había muerto, pero merecía el respeto, al menos el mínimo por ser una persona que se debatía entre la vida y la muerte o mucho peor, un ya fallecido.

-Adiós-


[¿Cómo se espera que haya PAZ si ni tan solo existe el RESPETO?]