IMAGINE

octubre 15, 2005

¿De qué me sirve hablar las lenguas de los hombres y de los angeles? Si me falta el amor, no soy más que una campana que repica o unos platillos que hacen ruido.
¿De qué me sirve comunicar mensajes en nombre de Dios, penetrar todos los secretos y poseer la más profunda ciencia?

¿De qué me vale tener toda la fe que se precisa para mover montañas? Si me falta el amor, no soy nada.
¿De qué me sirve entregar toda mi fortuna a los pobres, e incluso mi cuerpo a las llamas? Si me falta el amor, de nada me aprovecha.
El amor es comprensivo y servicial:
El amor nada sabe de envidias,
De jactancias, ni de orgullos.
No es grosero, no es egoísta,
No pierde los estribos, no es rencoroso.
Lejos de alegrarse de la injusticia,
Encuentra un gozo en la verdad.
Disculpa sin límites, soporta sin límites.
El amor nunca muere.
Vendrá, en cambio, un día
En que nadie comunicará mensajes en nombre de Dios,
Nadie hablará en un lenguaje misterioso,
Nadie podrá presumir de una profunda ciencia.
Ahora, en efecto nuestro saber es limitado,
Limitada nuestra capacidad de hablar en nombre de Dios.
Mas cuando venga lo completo,
Desaparecerá lo limitado. [...]
Ahora conozco sólo de forma limitada;
Entonces conoceré del todo. [...]
Tres cosas hay, en fin, que permanecer:
La fe, la esperanza y el amor.
De ellas, la más grande es el amor.


El canto al amor